- Sábado, 4 de enero del 2020
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- Publicado por: Moisés Martín Anaya
Os propongo un simple entretenimiento: buscad noticias relacionadas con la cirugía estética. Si alguna vez lo habéis tenido que hacer para documentaros sobre esta o aquella intervención que habéis pensado realizaros, seguro que os habéis topado con noticias trágicas relacionadas con mi sector.
Es bastante frecuente, por desgracia, que la prensa internacional se haga eco del fallecimiento de modelos, actrices e incluso personas anónimas en el curso de una cirugía estética. En el otro lado, podemos alegrarnos de que, por particulares, estos casos se conviertan en noticia.
Estoy muy de acuerdo en que se publiquen porque no se puede perder la vida en un quirófano cuando se entra a aumentar una talla de pecho o a corregirse el caballete de la nariz que tanto complejo nos hace arrastrar.
Si tenemos que arriesgar la vida en una intervención que sea porque tenemos que salvarla, no para embellecernos o corregir un defecto.
Dicho esto aprovecho este espacio para tranquilizar a todas aquellas personas que estén pensando pasar por el quirófano a someterse a una mentoplastia, una liposucción para realizarse un pequeño retoque o para lo que desee.
La cirugía estética conlleva muchos menos riesgos que otro tipo de intervenciones que se realizan en quirófano y con anestesia general. Digo esto porque son muchos los procedimientos que se realizan a nivel cutáneo sin intervenir en estructuras profundas. Una excepción para que me entendáis sería la abdominoplastia, en la que, al tener que despegar el abdomen para poder extirpar la piel y el tejido tenemos que trabajar sobre vasos sanguíneos y arterias. De ahí la minuciosidad de la técnica.
Por lo demás, si alguien presenta riesgo coronario, afecciones pulmonares severas, obstrucción arterial o es alérgico a un algún producto como la anestesia ( aunque deben realizarse pruebas previas) está tentando a la suerte, bien se opere del pie o de la nariz.
Lo que ocurre es que en el entorno global en el que el término low cost es sinónimo de bueno es posible que nos encontremos con centro en los que no se realicen todas las prueba preoperatorios necesarias, que el material no sea óptimo, que el personal no tenga la cualificación debida o que el postoperatorio, donde existen riesgos, simplemente no exista.
Por este motivo existe alarma social relacionada con la cirugía estética, una alarma injusta e injustificada y que aparta a mucha gente de corregir un aspecto de su físico con el que llevan a disgusto mucho tiempo.
España es un país que puede presumir de sus profesionales estéticos, tanto a nivel técnico como ético. Son muchos los pacientes que vienen del extranjero a ponerse en nuestras manos. Basta con informarse de la cualificación del cirujano, de sus méritos profesionales y, como os contaba la semana pasada, del estado y de la trayectoria del centro médico.
Si tenéis duda podéis consultar en las asociaciones profesionales, donde, además de orientaros, os darán tranquilidad. Que a la hora de entrar un quirófano hace mucha falta.
Texto: Moisés Martín Anaya
Imagen: Unsplash